hoy me dijo mi abuela:
al final de las plantitas esas que trajiste no quedó ninguna.
miré el macetero en donde estaban
y, si,
había sólo dos palitos secos.
le pregunté: ¿hace cuanto?
no supo decirme con exactitud.
me gusta pensar que fue cuando dejamos de vernos que se murieron las plantas que me regalaste
dulce y cotidiano.
ResponderEliminarEs hermoso